Escuchamos continuamente hablar sobre la importancia de conocimientos como el Big Data o la capacidad de hablar en inglés para entrar en el mercado de trabajo. Sin embargo, ¿qué hay de la capacidad de gestionar el estrés? ¿es menos importante la aptitud para solucionar problemas? Algunas habilidades, conocidas como soft skills, van más allá del desempeño de unas tareas concretas y no son tan fácilmente identificables ni cuantificables como las nombradas al principio (denominadas hard skills), pero tienen la misma importancia en términos de efectividad y eficacia.
Investigadores de la Universidad de Harvard dicen que aquellos que se esfuerzan en mantener activas y entrenar sus soft skills son un 12% más productivos que otros que no. En este artículo vamos a desarrollar a fondo el concepto soft skills para aprender a desarrollarlas.
¿Qué son las soft skills?
Las soft skills son el conjunto de todas las habilidades sociales, comunicativas, relacionales, e inter-intrapersonales que podemos aplicar en nuestro ámbito profesional. La importancia de las soft skills es enorme, pues son una parte esencial del capital humano que llevamos en nuestra ‘mochila personal’ y marcan la diferencia entre un mediocre desempeño de un trabajo de uno excepcional.
El término se usa en contraposición a las hard skills, que son lo que tienen que ver con los conocimientos y habilidades necesarios para el desempeño de un trabajo. Son aquellas que puedes aprender a través de una formación o educación específica, y normalmente son más fácilmente evaluables que las soft skills.
Por ejemplo: un ingeniero informático tendrá entre sus hard skills la capacidad para programar, y entre sus soft skills podríamos nombrar la capacidad de esfuerzo y autosuperación, pero estas últimas tienen un rango más amplio porque dependerán de sus vivencias personales y el desarrollo que ha tenido por sí mimo.
En cuanto a la cuantificación de ambos tipos de habilidades, la pregunta ‘¿Sabe programar? sería más fácil de responder que ‘¿Tiene capacidad de autosuperación?’, donde la respuesta es mucho más subjetiva.
¿Cuáles son las soft skills más importantes?
Las soft skills son prácticamente infinitas. Cada persona dispone de unas u otras, en mayor o menor grado. No existe un ranking de importancia objetivo para ordenar las soft skills, es decir, dependiendo del tipo de trabajo serán más necesarias unas que otras. Por ejemplo, un médico quizás necesite la empatía como un ‘must’, mientras que el director de una empresa deberá incorporar a su ADN el liderazgo y la gestión del tiempo. Puede que la empatía sea más fácil de aprender en contextos sociales naturales, pero otras soft skills necesitan un entrenamiento más constante.
Entre las más demandadas, según la investigación de la Universidad East Kentucky, están las habilidades comunicativas, la capacidad de ser amable, de ser flexible, la honradez, ciertas aptitudes relacionales, el optimismo, el sentido del deber y la voluntad de trabajo.
El mercado laboral español aún tiene que aprender a valorar más las soft skills. En Estados Unidos, la mayoría de las empresas han empezado a ‘abrir sus mentes’ y valorar más que un candidato presente este tipo de habilidades a que tenga un currículum con muchos años de experiencia o formación.
¿Cómo desarrollar las soft skills?
El entrenamiento de las soft skills no sigue una metodología concreta: existen muchas maneras de entrenarlas, e incluso, algunas nos acompañan desde nuestra infancia, nos vienen heredadas genéticamente o las entrenamos inconscientemente en nuestro tiempo de ocio.
De un tiempo a esta parte, se está demostrando que entre uno de los métodos más efectivos para desarrollar soft skills está la realización de un MBA. Este tipo de programas de formación gerencial suelen ser eminentemente prácticos, por lo que para la resolución de cualquier problema se aplicarán tanto hard skills como soft skills. Por ejemplo, la aplicación de estrategias de negocio será igual de importante que la cooperación con otros y el desarrollo de la creatividad para concebir nuevas ideas de negocios e incluso hasta hacer realidad un emprendimiento en el que nuevamente aparecerá una combinación de hard y soft skills.
El sofisticado sistema de aprendizaje en los MBA que se basan en el método del caso, destacan por estar perfectamente orientado a que los profesionales de los sectores STEAM (Science, Technology, Engineering, Art & Mathematics) desarrollen todas las soft skills involucradas en las funciones que desempeña un directivo o un analista de negocios.
A continuación, vamos a ver las principales soft skills que se desarrollan en un MBA:
- Liderazgo. En este tipo de Master se desarrolla una visión integral de la empresa que permite tener un conocimiento claro sobre la dirección de la compañía. Esta capacidad es esencial para motivar a los subordinados e inspirar y apoyar a todo el equipo de trabajadores a través de un liderazgo que genere un impacto positivo.
- Comunicación efectiva. Se aprende a transmitir las ideas de manera respetuosa y enfocada a tener el mejor impacto posible en el grupo. La comunicación ha de ser bidireccional y basarse en un feedback constante. A través de todo el curso, tras muchas dinámicas y presentaciones, se va entrenando la capacidad de comunicar efectivamente (tanto de manera interna como externa).
- Pensamiento crítico. Los estudiantes de un MBA aprenden a seleccionar lo más relevante y a hacer preguntas con el objetivo de tomar las mejores decisiones. También se incrementa la facilidad por la generación de ideas, aprenden a identificar oportunidades y a apostar por la innovación.
- Trabajo en equipo. Gran parte del trabajo que demanda un MBA se hace en grupo, por lo que la experiencia colaborativa permite a los estudiantes aunar distintos puntos de vista y cooperar hacia unos objetivos comunes.
- Resiliencia. En el mundo de los negocios es esencial estar preparado para aceptar que habrá que enfrentarse a retos y dificultades de forma constante. La capacidad para aceptar y superarlos con templanza son de las soft skills más complicadas de adquirir. Sin duda, la experiencia de cursar un MBA facilita el aprendizaje y práctica de esta capacidad.