Dirigir una empresa requiere de una medición y un análisis continuo del desarrollo del negocio. Este examen constante se lleva a cabo a través de diferentes mecanismos y uno de ellos se refiere a los indicadores financieros, que permiten evaluar la eficiencia operativa, la liquidez, la estabilidad y la rentabilidad. En los mejores Máster MBA en España se estudia y profundiza sobre toda esta información que permite a las empresas tomar decisiones importantes tales como la necesidad de reducir costes para administrar su proyecto con éxito.
Entre los indicadores financieros podemos identificar diferentes tipos entre los que destacan los ratios de liquidez, los ratios de rentabilidad o los ratios de endeudamiento. En este artículo centramos la atención en este último tipo de indicadores: los ratios de endeudamiento.
¿Qué son los ratios de endeudamiento y por qué es importante calcularlos?
Los ratios de endeudamiento determinan qué parte de los activos de una empresa se financian a través de la deuda, es decir, miden el monto de la deuda de una empresa y la capacidad de la organización para hacer frente a ella.
En otras palabras, los indicadores de endeudamiento calculan la proporción o el grado de participación del capital de proveedores y acreedores en los activos de la empresa, y la disposición de la compañía para pagar sus pasivos mediante sus activos. Un ratio de endeudamiento mayor a 1.0 o 100 % señala que la empresa tiene más deuda que activos, mientras que un ratio de deuda inferior al 1.0 o 100 % indica que la entidad tiene más activos que deuda.
La importancia de los ratios de endeudamiento radica en que son indicadores confiables calculados en base a datos cuantitativos que revelan la salud financiera de la empresa, así como la estabilidad y sostenibilidad del negocio a medio y largo plazo.
Asimismo, los inversores utilizan estos índices para determinar el nivel de riesgo y asegurarse de que la empresa sea solvente, pueda cumplir con las obligaciones financieras tanto actuales como futuras, y pueda generar un retorno de su inversión.
¿Cómo calcular los ratios de endeudamiento?
Podemos calcular los ratios de endeudamiento a través de diferentes fórmulas:
- Pasivo total (recursos ajenos) / Activo total: El pasivo total se divide entre el activo total (suma del activo corriente y el no corriente).
- Pasivo total (recursos ajenos) / Patrimonio neto: Se calcula dividiendo el pasivo total (deudas totales de la empresa) entre el patrimonio neto (financiación propia de la empresa).
- Deuda bancaria / Patrimonio neto: Relación entre deuda (suma de pasivo corriente y no corriente) con relación a el patrimonio neto (capitales propios).
- Deuda bancaria / (Patrimonio neto + Deuda bancaria): Cociente entre las deudas (suma de pasivos corrientes y no corrientes) y el resultado de la suma del neto patrimonial (capitales propios) y las deudas.
¿Qué indican los índices de endeudamiento?
Las empresas se endeudan, incluso contando con recursos propios, cuando saben que pueden obtener una mejor tasa de rendimiento del dinero prestado en relación con lo que están pagando en concepto de intereses. Por ello, no hay que observar la deuda como un concepto negativo en el mundo de los negocios. Sin embargo, demasiada deuda puede ser un signo de inestabilidad.
Así, un ratio de endeudamiento alto indica una fuerte dependencia de la financiación ajena para continuar con las operaciones empresariales. En estas situaciones, las devoluciones de principal de la deuda e intereses supondrán una cantidad sustancial y significativa de los flujos de efectivo de la compañía.
Cuando el índice de endeudamiento es demasiado alto (superior a 0.5 o 50 %), es decir, cuando existe una gran cantidad de deuda en relación con los activos, la capacidad de la empresa para hacer frente a ella puede quedar comprometida en caso de que el flujo de efectivo se agote o exista un aumento repentino en las tasas de interés. Las compañías que no pueden pagar su propia deuda se pueden ver obligadas a vender activos o a declararse en quiebra.
Del mismo modo, un índice de deuda alto complica el acceso a préstamos. Los bancos y prestamistas tienen límites en el índice de endeudamiento y no extienden más créditos a las empresas que están apalancadas en exceso dado que puede suponer un riesgo si los acreedores insistieran en el reembolso de los préstamos. No obstante, es cierto que a la hora de conceder financiación a una empresa entran en valoración otros factores como la solvencia para cumplir con sus obligaciones en plazo, el historial de pagos o las relaciones profesionales.
Por otro lado, un índice de endeudamiento bajo (inferior a 0.5 o 50 %) implica generalmente un negocio más estable a nivel financiero con potencial de longevidad. Estos ratios indican que la mayoría de los activos de la empresa son de propiedad mayoritaria de los socios, es decir, que están financiados con capital propio y no a través de la deuda.
En esta coyuntura, los pagos de capital e intereses no controlan una proporción tan grande de los flujos de efectivo de la compañía. Por lo tanto, la empresa es más independiente y solvente. No obstante, un ratio de endeudamiento demasiado bajo también puede implicar una pérdida de oportunidades de desarrollo al obviar el apalancamiento financiero como herramienta para hacer crecer de forma responsable el negocio.
Lo cierto es que no existe un ratio de endeudamiento ideal. Para encontrar una relación de deuda cómoda, las empresas deben compararse con el promedio de su sector, industria o competencia directa.
Al igual que otros índices financieros, es necesario calcular el ratio de endeudamiento de forma periódica para valorar si el riesgo financiero de la compañía está mejorando o empeorando.
Vigilar la salud financiera es fundamental para una dirección empresarial efectiva y sostenible en el tiempo.