En la actualidad, los organigramas y estructuras de las empresas no son un sistema puramente jerárquico, con un único liderazgo carismático por el que pasan todas las decisiones. Desde la Revolución Industrial a la actualidad, las empresas han evolucionado, empoderando cada vez más a los directores de departamento, los jefes de equipo y los empleados, permitiendo que los centros de decisión estén más descentralizados y mejor distribuidos. Es lo que se conoce como “empowerment” o empoderamiento de los empleados.
Vivimos una era donde se habla cada vez más de liderazgo horizontal, lo que tiene un peso significativo en la organización de las empresas. Adoptar este enfoque de “dar poder” a los empleados tiene grandes ventajas para la gestión empresarial, permitiendo que la plantilla esté más motivada y lograr así una mayor retención del talento.
¿En qué consiste el empowerment en las empresas?
El empowerment es una tendencia relativamente actual, que consiste en delegar responsabilidades, autonomía y autoridad en los empleados y equipos de trabajo. Así, los empleados tienen un mayor poder de decisión, y pueden actuar de forma más ágil y eficaz a la hora de resolver problemas, desburocratizando los procesos y generando un clima laboral de confianza y responsabilidad.
Desde ese enfoque, por ejemplo, los empleados pueden tomar decisiones como elegir cuándo tomarán las vacaciones, en lugar de que les vengan impuestas en un mes específico del año por parte del Departamento de Recursos Humanos. Por su lado, los equipos de trabajo dentro de cada departamento pueden tomar decisiones en su área, sin esperar a que una autoridad superior decida sobre cada punto.
De la misma manera, los departamentos cuentan con un presupuesto asignado, y éstos deciden cómo utilizarlo, siempre con la mira en cumplir los objetivos de la empresa, pero con una autonomía suficiente para que las decisiones en su área no las tenga que tomar directamente el Director General, sino un Director de Departamento.
Al mismo tiempo que se delega parte del poder en los empleados y equipos de trabajo, también existen sistemas de rendición de cuentas, de manera que las decisiones puedan evaluarse y ver que están alineadas con los objetivos de la empresa. Por otra parte, delegar poder y autoridad en los profesionales viene acompañado de la posesión de ciertas competencias laborales y de la necesaria formación laboral, ya que sin los conocimientos adecuados, difícilmente se podrán llevar a cabo acciones directivas.
¿Cuáles son las ventajas del empowerment?
Empoderar a los empleados puede implicar numerosos beneficios, a nivel colectivo para toda la cultura de la empresa y a nivel individual puesto que se perfilan claramente las características de un buen trabajador. Sin lugar a dudas, es posible identificar una serie de ventajas de trabajar en un ambiente en el que se respira libertad de acción en un marco de respeto y cumplimiento de responsabilidades. Por ello, a continuación mencionamos las más relevantes.
Aumento de la motivación del empleado
Cuando el empleado tiene cierta autonomía para tomar decisiones, su motivación es más alta. Los empleados en las empresas actuales no se limitan a ejecutar las tareas, sino que pueden y deben desarrollar acciones estratégicas en base a su conocimiento.
Aunque lo harán mediante la supervisión adecuada, no todas las decisiones tienen que pasar por una sola autoridad. Esto permite que el empleado se sienta escuchado, y pueda aportar de sí mismo y de su experiencia a la empresa.
Mayor eficacia en las acciones
Nadie conoce mejor que el empleado o equipo que se dedica a esa tarea, cuáles son sus principales problemas y necesidades. Generalmente, los puestos superiores en el organigrama de trabajo no tendrán una visión tan precisa, sino un conocimiento panorámico de toda la empresa.
Por esta razón, siempre es mejor que el personal más directo tome las decisiones relacionadas con lo que tiene que ver con su actividad, y no un directivo que desconoce las tareas específicas, desafíos y necesidades a los que se enfrenta un equipo de trabajo en un departamento concreto.
Retención del talento
Cuando aumenta la motivación del empleado por la confianza que la empresa delega en él, el compromiso de éste aumenta.
Existe una mayor retención del talento en aquellas empresas donde se aplica la filosofía del “empowerment”, ya que los profesionales tienden a hacer como suyo el proyecto y el grado de implicación es mayor.
Esta autonomía permite que su productividad y satisfacción laboral sean superiores, lo que facilita que se conviertan en una parte orgánica de la empresa y ayuden proactivamente a su avance y funcionamiento.
Más agilidad
Los procesos de trabajo son más ágiles cuando los empleados tienen “poder” para tomar decisiones. Las decisiones se eternizan en las empresas cuando deben pasar por un único poder de decisión centralizado. No puede ser el Director General de la empresa el que tome las decisiones de cada departamento, sino coordinar el trabajo de estos.
Tampoco es lo adecuado que el Director de cada Departamento tenga que tomar todas y cada una de las decisiones (aunque muchas de éstas sean similares entre sí), lo que tendería a ralentizar numerosos procesos.
Rentabilidad
En una empresa en la que los empleados son más productivos y están más motivados, los problemas se resuelven más fácilmente y en menos tiempo. Esto influye en que haya una mayor productividad a nivel general, y por lo tanto, se logre un nivel de rentabilidad más alto que en una empresa donde todas las decisiones deben pasar por la misma persona.
Cuando las decisiones están hipercentralizadas, la empresa reduce su operatividad y competitividad. Esto tiene al final efectos en la cuenta de resultados, por lo que el empowerment en las empresas contribuye también a aumentar la rentabilidad.
Aprendizaje del liderazgo como factor esencial para los directivos
Desde esta perspectiva, cabe señalar que en las empresas donde se aplica el empowerment, es fundamental que los directivos comprendan la importancia y ejerzan el liderazgo bajo presión para poder desempeñar funciones de alta responsabilidad en su área. A su vez, ésto les facilitará la relación con sus pares y equipos de colaboradores para conducirlos sobre el mismo camino de cumplimiento de los objetivos estratégicos de la empresa en entornos cada vez más desafiantes e inciertos.
En numerosas ocasiones tendrán que gestionar equipos o tomar decisiones que afecten a los resultados de la empresa, por lo que vale la pena aprovechar las ventajas de la formación continua en áreas claves como el liderazgo, gestión de personas y coordinación de equipos de trabajo.
Los empleados pueden y deben aprovechar la formación laboral adecuada, ya que los puestos de trabajo hoy en día son dinámicos y los profesionales tienden a tener cada vez un mayor empoderamiento, además de que pueden ascender hacia nuevas responsabilidades en el futuro.