Las empresas puedan acumular gran experiencia y recursos a través de los empleados. Sin embargo, si no disponemos de liderazgos inspiradores y estratégicos capaces de gestionar el talento de los miembros de una organización, podríamos no estar consiguiendo los mejores resultados.
En esto se diferencia el liderazgo de alto impacto en las empresas de éxito; son capaces de diseñar y coordinar equipos de alto rendimiento y son capaces de dirigir, supervisar e impulsar a cada una de las partes del equipo para trabajar en una misma dirección y con unos mismos objetivos.
Independientemente de que el líder tenga cualidades innatas o aprendidas, sólo mediante un liderazgo sistemático y bien organizado podremos determinar el rumbo de las empresas, aumentando las probabilidades de lograr los objetivos.
¿Qué caracteriza el liderazgo de alto impacto?
Los líderes de hoy tienen que hacer frente a las nuevas realidades. Liderar es mucho más que dirigir u organizar una empresa. Es necesario inspirar, impulsar, coordinar y ser capaz de comunicar una filosofía de negocio que entienda las necesidades y deseos de las personas, al mismo tiempo que fija el objetivo en el éxito de la organización.
El gran reto de los líderes hoy día consiste en gestionar el talento humano en grandes organizaciones, con personas de diferentes habilidades, diversidad generacional e incluso a veces diferentes orígenes culturales.
El líder que aspire a tener éxito en todas las capas del negocio debe por tanto tener una altísima capacidad de comunicación, esforzarse por empatizar y comprender los impulsos que llevan a cada empleado a realizar su función, y gestionar todas las piezas para conseguir que trabajen al unísono y con una motivación hacia el logro.
Los líderes efectivos consiguen transformar las organizaciones porque logran que los miembros de su equipo tomen la iniciativa de manera coordinada y bajo uno mismos principios. Los valores de los líderes influyen de manera decisiva en el éxito o el fracaso de nuestras acciones para levantar una organización.
Voces como la de Stephen Covey, autor de los «7 hábitos de la gente altamente efectiva», llaman a ejercer un liderazgo basado en principios y no en prioridades. Cuando los líderes actúan pensando en el trasfondo de todas sus acciones, dejan de lado la tiranía de lo urgente para enfocarse en aportar valor a las personas.
El líder eficaz desarrolla el hábito de la proactividad para que la empresa se convierta en la estructura de su propio destino. Además pone el énfasis en entender primero la organización, el mercado y sus engranajes, para después en hacerse entender y comunicarse con los miembros de la organización.
¿Qué significa ser un líder? ¿Soy un líder efectivo?
Desempeñar las funciones básicas de un directivo en una gran organización no es sinónimo de ser un líder. El liderazgo no se ejerce de manera automática por desempeñar un cargo, sino por la manera en la que nos comportamos en el día a día y el enfoque que damos a nuestras estrategias y nuestra comunicación.
El líder efectivo está enfocado en la escucha y la comprensión de los miembros de la empresa, de los clientes y de los proveedores. Sólo cuando entendemos las motivaciones y rutinas que hay detrás de los procesos internos de las empresas y de las personas podemos configurar estrategias que ayuden a conseguir el éxito colectivo e individual.
El líder escucha, dirige, organiza, comunica e impulsa a cada uno de los miembros de su equipo a hacer lo mismo en sus respectivos ámbitos. Trata de imprimir una misma impronta en los comportamientos de los miembros de la organización, para que el éxito de la empresa deje de ser un objetivo ubicado sólo en la dirección para que forme parte del interés individual y colectivo de cada departamento.
Un liderazgo de alto impacto se puede desarrollar igual desde la dirección o gerencia de una empresa, como de la dirección de un departamento. De lo que se trata es de que la persona ponga en práctica unos hábitos, actitudes y habilidades que se pueden aprender con el objetivo de impulsar el crecimiento, avance y desarrollo de quienes le rodean.
La experiencia muestra que no todos los directivos de empresas tienen los conocimientos necesarios sobre liderazgo para crear un ambiente favorable en sus empresas hacia la consecución de logros y objetivos. Por el contrario, a menudo se implementan técnicas que no funcionan, según la personalidad del directivo.
La experiencia muestra que hace falta una preparación especial. Se puede analizar casos de algunos CEO de grandes empresas estudiaron un MBA, ya que son conscientes del valor de este tipo de formación para activar el liderazgo empresarial.
Éstas pueden ser un reflejo de un mal liderazgo, tipo laissez-faire, que generan una falta de control sobre el cumplimiento de objetivos y la ausencia de feedback entre los empleados y los directivos de cada área o departamento. O también puede apreciarse en su extremo contrario, un liderazgo autocrático que impide la iniciativa y la determinación del resto de empleados, promoviendo así un mal ambiente laboral.
La formación, clave para el desarrollo de un liderazgo de éxito
Muchas personas piensan que el liderazgo es sólo cuestión de carisma. Se tiene o no se tiene. Pero lo cierto es que los principios en los que se basa un liderazgo efectivo se pueden aprender y cada vez hay más modelos de formación empresarial que ayudan a los futuros empresarios y directivos a mejorar su capacidad de liderazgo.
No todo el mundo tiene por qué estar dotado para un liderazgo de alto impacto, pero sí que podemos mejorar las habilidades que inciden en el éxito de nuestro liderazgo. La capacidad de escucha, el conocimiento del entorno, las relaciones sociales, la visión de negocio y la capacidad de comunicación son áreas que cada profesional puede desempeñar.
El liderazgo en tu futuro profesional
Cuando queremos desarrollar una carrera orientada a ejercer el liderazgo en las empresas, es muy importante que nos formemos en este campo a través de aprendizajes reales y prácticos a través de sistemas de aprendizaje como el learning by doing o aprender haciendo que nos ayuden a ampliar nuestra perspectiva y al desarrollo de competencias de gestión directiva y estratégica.
Un programa de MBA Executive ayuda a empresarios, directivos, futuros empresarios y emprendedores a desarrollar las capacidades y habilidades de un liderazgo efectivo.
Si no hemos gestionado nunca grandes organizaciones, lo lógico es que nos resulte complejo poder llegar a hacerlo. Con una formación de primer nivel, orientada a empresarios adquiriremos los conocimientos que necesitamos para poder impulsar a nuestras organizaciones y equipos a alcanzar sus máximos logros.